jueves, 28 de agosto de 2014

PORCIÓN JUSTA ENTRE SILLAS

Tratas de envenenarme con las respuestas,
están escritas de antemano,
por colores según el tema, baratijas
exclusivas para consumir el tiempo.
Es solo un juego.
A paso veloz
se destruyen las nubes, se pudren las hojas, repican las olas de polvo contra la luz,
es el oficio del viento y de la posteridad,
a quién le organizamos hoy un certamen que esté a nuestra altura,
repartamos cartas o descubramos cual fue el primer error en la cadena de errores,
esperanza antes que tradición,
abrigo de la aburrida bandera, gastada, nada parece cuando está lejos
y es la música la que la reverdece, sin talento, sin escapatoria hasta que se termine con la última palabra.
Son cosas que desentierran los ríos
cuando dan con los huesos,
regresan como una pregunta,
repite el tiempo su giro,
es la introducción para volver a la casilla del juego,
por donde resbalaron todos,
por donde la furia desbordó a la palabra,
por donde recitará para unos pocos
para que el mundo encaje y nos sintamos bien,
seguros en los viejos mitos y de los nuevos dioses.