jueves, 9 de octubre de 2014

MUSEOS Y VERTIDOS

“borra el tiempo todo humano accidente”
                                                                                              (Leopardi)



Una vez conocí a un tipo que caminaba siguiendo mis pisadas,
parecía que recorríamos la misma senda,
una cresta de abismos húmedos donde recitábamos con errores a nuestros poetas preferidos,
no habíamos conocido a ninguno en persona,
la mayoría jodidamente aburridos en el cementerio,
leerlos en su idioma original no los clarificaba,
los ordenábamos de mejor a peor,
de pedantes a borrachos ludópatas codiciosos,
soñaban como nosotros con un futuro con mejores versos.
Camareros, guías turísticos, taxistas desfilan ahora por este punto,
son la casualidad de nuestro día, no sirven como demoledora realidad,
pero tratan junto a nosotros de restaurar la historia,
dejarla fija en el esplendor que antes tuvo,
supermercados de la humanidades siempre abiertos,
charlas sobre caballeros suicidas que poseían un don,
manejaban lenguas muertas
y oraban el rito elegido, pagano o no,
la vida habían descubierto el oxígeno para ponerle fin,
lo dictaban las grandes voces, lo repetirían nuestras amistades,
las pisadas a la inversa para acercarse al lecho de rocas,
pero durante unos minutos nos reímos ocupando todo el espacio posible,
reíamos antes de tener que ganarnos la vida
y resignarnos en los cinturones modestas de las ciudades tan bien organizadas que hasta el azar nos hiciera sentirnos culpables,
no admitiremos que se construyeron para eso,
no era una plan
solo la interpretación casual de que los días luminosos arden lejanos.