“…somos protagonistas del fulgor”
(Pere
Gimferrer)
Por debajo del cañoneo,
fuego cruzado, leído
astutamente,
hincha el subsuelo su
semilla.
Uno tan solo piensa en la
utilidad de envolver la vida de poemas,
ridículos e inútiles como
son,
malgastarlos,
como costras que rompen el
silencio,
con dos golpes podrían
desaparecer.
Mentalmente los sumerjo en
el agua,
mi verdadero apocalipsis,
podrían morir, es más,
mueren por la enorme cantidad de sol que necesitan,
volubles, sin pico ya,
celebremos su paso por
este mundo,
disfracemos el remolino
que los engulle,
no más que otros que han
frisado,
resbalando del cielo
eterno mantenido por las manos ancestrales de la vida,
celebrémoslo porque
todavía estamos en pie,
testigos de este
afortunado momento,
complacidos por el sabor
de la materia,
permeable, totalitaria,
recogida un segundo
después por nuestros herederos carbonizados en otra pira una generación
después.