Cuando nos dijeron que así
no resistirías ni un año más me alegré,
te prefiero muerto a
charlatán,
y con unas buenas memorias
bajo el brazo.
No sufras,
la multitud que tanto te
quiere te acompañará recitando tus versos más memorables,
te abrirán el nicho más
digno con letras de oro,
con una buena rima de
epitafio con que mantener el ingenio,
los demás envidiosos contaremos
tus bailes de polla que nos imaginábamos que hacías con las mujeres que se
supone que te tiraste,
para romper la media
española,
esa que anda tan
necesitada de palabras.
Cruza los dedos por que el
pabellón de los hombres ilustres no se pierda en cualquier guerra inmobiliaria,
allí debes estar tú
mientras que la historia te pertenezca,
y desaparecer del
semillero,
dejar que los peores sean
los que hablen
y te enaltezcan.
Sin duda estarás mejor
muerto,
aliviado de los consejos
que llegan del infierno y recomiendan que nadie se presente,
es malo arrepentirse y disfrazarse
y seguir como si no pasara
nada,
alimentando la duda sobre
qué es mejor.