lunes, 28 de septiembre de 2015

PALABRA DE GOOGLE

“las estrellas flotan en el vacío”
                                                                                                  (Dylan Thomas)
                                                                                                         


Demuéstrate que no eres un robot,
que puedes entender estos estúpidos signos disfrazados de letras
y sabes teclearlos en su orden correcto.
Colabora con la campaña inventariando sentimientos que no se parezcan a una canción de Manolo García,
sin ajustes, sin traducciones,
limpiamente sobrepasados por los filtros y los motores de búsqueda.
Eres el árbitro
Descomunal, corazón en el desierto que bombea,
bom-bom, bom-bom,
mierda endurecida como piedras que salpican los parabrisas,
no los rompe porque es ficción aunque parezca poesía,
porque van las hormigas siguiendo un plan que no una idea
y se emborrachan en las profundidades de la madriguera,
tiene sentido picar su orden o su inverso o los errores que nos llevamos a la tumba
sin la carne que tanto nos jalea,
como si llegáramos al final de una cronoescalada,
cuando nadie la mira, ni hay tiempos entre perseguidores,
se perdieron entre la abundancia de la luz y los angostos destinos rectos,
óyeme por las múltiples palabras arrastradas hasta los falsos días de Occidente,
engañados por el imperio del orden que a machetazos van hinchando el cielo,
ese que vemos cuando una nube tapa el sol
y nos entretenemos observando el aire.

martes, 1 de septiembre de 2015

MARCIA MF



Museo Lapidario Narbonne

La mano al pecho para ocultar la herida,
puede que de saludo o respeto.

Querido Marcia MF, qué te hacía sonreír y retar con la mano al destino,
múltiples ocasiones tuviste para rebuscar entre los huesos de tus antepasados sin temer que los bárbaros pudieran revolverlos,
bien cuidados, en los bordes de la ciudad, amansados en piedra para hacerte las preguntas frágiles,
las que rompen las cadenas y llegan al cáncer,
crisálida opaca, a punto de pudrirse siempre,
desborda la cuenta del tiempo espuma,
cae de su cuenco hasta las manos aun con carne que se resisten a volver la mirada al infinito.

Qué te hizo parecer inexpugnable,
qué podría ser lo que acabara con tu lengua,
qué sucesos para ti desconocidos jalonaron a los intermediarios del Leteo,
los que se negaron a sumergirse a tu paso
y resoplan de miedo porque la oscuridad acecha a quien canta y admira la luz,
no ocultes en esa sonrisa la duda de la palabra,
levanta el paso, desmenuza la tierra,
salpícala, lo que se descubra es un reservo inocente,
que nada puede contra ti.

Caerá sobre tu nombre, el de tus hijos y los que posteriormente fallecieron la hazaña final del relieve,
la cornisa donde poder posar la mano, pendones movidos por el viento, medallones clavados a la piedra,
un éxito tan irrelevante como el pasado,
columnas descabezadas, pulidas por la mano ya ausente,
viento y más viento para darle la vuelta a la tierra,

virtuosa y débil en esta cadena de encuentros fortuitos que alimentan los linajes más allá de sus intenciones de posteridad.