jueves, 26 de mayo de 2016

DEMASIADA POESIA


¿La pluma de la muerte sobre el nervio?
                                                                                                        (Dylan Thomas)

                                                                                          



Cuando pusiste el oído en el paladar
y el silencio se hizo nieve ¿qué oíste?
los demás nos arrancamos el corazón,
aunque todo era anónimo, todos sabíamos cual era el nuestro,
lo mirábamos a través de un cono que lo alejaba hasta hacerlo hielo y escarcha,
duro y silente en un paisaje despejado pero sin horizonte,
qué culpa era esa,
qué cuatro patas sostienen el infinito,
manantiales que tejen versos muy lejos del oído absoluto,
territorios horadados en busca de aire,
cuencas que traspasan la luz de una ladera a la otra, como un péndulo miserable que peina la tierra congelada,
escala cual coraza invulnerable que nos arranca las pieles hasta no vernos,
escala y más escala hacia cualquier sentido,
ruido de serrín cayendo en oleadas hasta hacer un pequeño volcán,
así es la adecuación instantánea,
el rito vital que no puebla, que no respeta pulsos,
va sin hilo, derribado y puesto en el lugar del amor,
otra mortal estupidez.