domingo, 2 de abril de 2017

SÁBADO DE HERIDA NO CICATRIZADAS



Pruebo a darte esas flores,
dormías mientras viajaban,
tocaste techo, parloteabas cogida a los sueños,
dame descanso, estío en láminas de polvo arremolinadas en tus cabellos en llamas,
vienes a regañarme, a recorrer en silencio las salas de espera,
son demasiado largas, parecen no llegar al final las palabras,
es el toque furioso del cansancio universal,
cansancio porque los gusanos roen la carne antes de muerta.
Pruebo a darte esas flores,
te las pongo en el pecho para que me ames,
trébol de las planicies agradable a las yemas del recuerdo,
está marcado el punto por donde respiras,
saldrá, hay que darse prisa para que todo el señuelo se compacte
y pueda oírte despedazar las notas que clavan la cuerda al ovillo,
esa sarta de especulaciones que amo,
han dado un sello con este motivo,
colección de corazones, alegría puesta en pie, excesiva, furiosa,
derrumbada y reconstruida las veces que haga falta,
alguna razón más que el nácar de los tiempos para poner el fino viento a tejer el perdurable tránsito,
es la envidia de verte dormir haciendo un pulso blando con mis manos y desaparecer el miedo,
te las pongo en el pecho esas flores, en la oscuridad,
cuando despiertes nos seguiremos queriendo.