“hemos vivido
de empuñar la sombra”
(Pere Gimferrer)
Nace en un descampado de
titanio,
bajo el vientre una
semilla seca de un solo uso
atada a la voz parasitaria
del corazón.
Vaho cetrino fundacional,
qué calor es ese si no que
calma aséptica, imitación de la nada,
es el asa del vencido que
cierra la boca y respira,
niegan los sueños,
descansillos para las
líneas del mundo.
Entre discursos y palabras
ebrias
acerca el puñal
incandescente a los ojos,
nadie tiene la seguridad
de saber para quien es,
espera que lo invisible
afecte al otro,
y así demostrar cómo es la
vida encapsulada.