jueves, 6 de noviembre de 2014

TEDIO A TRAVÉS DE LOS ARCOS

“una cama ajena en medio de la nada”
                                                                                              (Don Delillo)


Por detrás recogían de entre la basura lo comestible,
los podíamos invitar a comer pero estamos más por la labor de no meternos,
así, atados como pajarillos, maduran en el escalafón de los sin nada,
aunque no puedan oír como los llamamos con benevolencia
o hacemos una fiesta por los que están lejos.
Ponemos música y bailamos por su desgracia,
siendo más radicales podemos enseñarles a nuestros hijos que bailando los estamos salvando
y que necesitamos hacerlo mientras suene la música,
así de paso evitamos la melancolía,
y olvidamos los prohombres molestos que nos han encarado a lo más alto posible del ranking.
Aparte están los que callan y se lo agradecemos manteando sus esperanzan,
vestidos como sus padres y como sus hijos,
todos acomodados tras sus ventanales,
perfeccionando el vocabulario por si les preguntan de dónde vienen,
a esa clase de espectáculo bailamos, con los caballos a punto de reventar,
no lo podemos consentir, que alguien se abrace a sus cascos,
tienen dos nombres como yo,
miran de soslayo por si quiero algo,
si no saldrán deprisa,
a fuerza de repetirlo han perdido el miedo a caer,
lo encuentran más justo que quejarse,
abandonemos las músicas y los bailes,
es mejor no tener plan que eso.