“tal vez nunca se pudra”
(John Ashbery)
Ángel de trazos secos,
alérgico al cobre de las
corazas,
de nudillos tiernos, sisea
en el bosque,
evitando el olor de la
tierra,
qué narración resistirá el
mástil o el fuego de tus entrañas,
qué votivos son necesarios
para agradecerte la espera,
hábitos que son al mismo
tiempo miedo y sed de venganza,
que se dejan en una losa
para que los despedacen los hambrientos que comen porque siempre han necesitado
comer.
Al resto aquí nos dejaron,
con el hambre encima,
con los talones
ensangrentados,
cubiertos por la ira que
amenaza las laderas de turba que debe destruirnos para sobrevivir,
qué he de hacer con mis
trémulas manos para que salgan a percutir con la espada,
es la más triste de las
artes,
quiero que rezume el
pensamiento, que el tráfico se pierda
por las gargantas del mundo sin más mensaje.
Faz ilumínate y alégranos
con todo lo que nos asusta,
hace falta más tierra para
cansarnos,
romperemos la palabra dada
y destruiremos el tiempo de consolación,
ha llegado la hora de
juzgar si ha valido la pena.
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