Hay cosas que no pueden
ser verdad aunque se escriban,
tintinean los platos,
algunas copas con resto de vino en el fregadero,
queda la palabra mal
dicha, irreconocible,
¿por qué has puesto sobre
la mesa esa piedra?
las risas del comedor se apagan,
los pasos agigantan el pasillo,
todavía es pronto para
dormir,
los lazos y el celofán
envuelven la noche lunar,
en esa en la que me
sumerjo,
la miro de cerca, cada
poro es un camino sin salida,
hay niños que no entienden
lo que hago y no me lo preguntan,
prefieren herirse entre
ellos, provocarse desconches,
queda arena oscura
dispersa por la mesa,
luego se limpiará y el
trato será no recordarlo,
alcohol y tabaco que hagan
su trabajo,
las palabras, los hechos
sepultados y resumidos en tres fotos,
sonreíamos, es lo normal.
Dejé de sonreír cuando
apagué la luz,
la piedra lunar permanecía
en mi boca
y me impedía respirar.
Este poema lo he visto por casa enredado entre mis apuntes de historia jeje!
ResponderEliminarPues sí, un día, sin querer, te lo llevarás a casa
ResponderEliminarMolt interessant, m'ha agradat molt... em de fugir d'aixó, però costa molt !
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