martes, 17 de enero de 2017

NUEVO PAPA



“la furia de los niños contras las estrictas tinieblas”
                                                                                 (Manuel Vilas)


Los que lloran en la plaza se han olvidado qué les duele,
lloran por llorar,
metales pesados resbalan por las escaleras vaticanas,
papilla que baña en rojo y blanco,
tallas que preguntan hacia la profundidad de los espejos,
dos cabezas hídricas y una pasta viscosa y alquitranada arden en el
balcón,
cadáveres santos gritan y cantan dos mil años de excusas.
No es seguro estar aquí,
no deberíais haber salido del autobús,
os hubierais podido quedar en casa,
pasar hambre como siempre, hambre y soledad,  
y adorar al gran dios y a sus santos en un caja portátil,
ensayar con el ojo de la aguja y lo del camello,
desentrañar versículos como tierra recién descubierta,
os hubiera ido mejor no estar aquí.
El nuevo papa saluda con su nuevo nombre,
saluda con palabras viejas en latín e italiano,
desinfla los sueños del perdón universal,
estimula los humedales desecados,
dinastías de flores sin luz que resisten un día más por la duda de saltarse el protocolo y caerse por la ventana,
no ha terminado este mundo, lo seguimos escuchando,
atentos a que algo de mayor interés lo anule.

No hay comentarios:

Publicar un comentario