Ha sido la casualidad la
que me ha hecho evitarte,
comíamos juntos
y de todas las cosas que
quería callar no cumplí con ninguna,
todo sabía a ese espacio
que se abre una vez y cambia el carácter,
forzando una culpa bien
engrasada de minutos sobrantes que salpican en el mantel las sombras de las palabras,
equivocarse es muy poco en
estos casos,
y se aguarda el silencio
como una pausa de toda la vida antes de despedirse.
La opción B
es el punto de fuga real,
hablar sin ser oídos,
contaminantes pegados a la
ropa,
olor de los animales y
plantas domésticas que nos comemos,
respetuoso por su
sacrificio los miro conmovido,
suenan las voces de verdad
que a nadie afectan,
es la carestía de los
mortales gestos,
pasan tan rápido como la
luz,
la única vencedora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario