lunes, 20 de febrero de 2017

CAPITULACION DE LAS HESPERIDES




Pere Gimferrer


Atlas, para qué me besas,
no hallarás más vida desperdigada que la tuya, no la puedes contagiar, no has sido elegido para eso,
con tus manos circunda la tierra en pos de más demonios fabricados en las aguas donde otros se ahogaron camino del tiempo,
frunce tu torso, quemado en el caminar,
conserva el candente misterio,
pronto la retórica destruirá el rastro sobre cuándo emigrar o sacrificarse por estos árboles míticos,
termómetros desérticos que visten las puertas,
las primeras colinas descubren su antigua capa
antes de ser todo verdad
y la porquería industrial, resuelta a precio de sangre,
es ahora el pacifico filo arrancado a los hilos anuales de las montañas,
¿quién puede refugiarse y dónde?
Se han vuelto todos extranjeros,
así lo pedían, armados con el testimonio arrogante de ser los dueños de los vientos,
descuidad los jardines y destruidlos a vuestro paso, ahora que no conocemos los secretos ni las palabras,
somos humo, más adelante el reverso
y reagrupado con el resto de titanes dejareis tan solo vida errática y podredumbre.

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